Caso de Zuly y carlitos

Trabajar con mujeres en el área de explotación sexual pocas veces termina en un final feliz por lo que la historia de Zuly es un caso entre miles. Ella fue llevada con engaños de la ciudad de Oaxaca; le compraron 2 boletos de avión para trabajar en la zona de prostitución más concurrida de la Frontera Norte de México. Ella llega con su pequeño bebe llena de sueños, terminar con sus problemas financieros era su principal objetivo. Cuando ella llegó, rápidamente empezó a trabajar, su salario era de 80 pesos diarios que equivalen a 4 dólares aproximadamente; con esa cantidad ella tenía que pagar muchas deudas que causó su viaje a esta nueva ciudad, empezando con los boletos de avión que fueron pagados por su empleador, adicional a esto ella tenía que pagar por su comida y estancia en el lugar que le asignaron; después de esto, Zuly se dio cuenta que ella no tenía la menor oportunidad de pagar todos los gastos para estar libre de su empleador.

Su jornada de trabajo era de 11 horas diarias como mesera y por las noches era enviada a vender gelatinas en la zona de prostitución por las mismas personas dueñas del restaurante, de las gelatinas ella no recibía ninguna ganancia, ella era totalmente explotada. Unos días después de que ella llegó, sus empleadores empezaron con el abuso, constantemente era presionada con el pago pendiente el cual iba en aumento día tras día, muy pronto los golpes y amenazas empezaron y era urgente para ella pagar la deuda.

En una ocasión la hicieron dormir en la calle, justo en la avenida donde las chicas ofrecen sexo, Zuly menciono como ahí obtuvo ofertas para prostituirse e incluso propuestas para usar a su bebe en prácticas de explotación. Desesperada Zuly regresó al cuarto donde vivía, lugar que se encontraba a un lado de las personas que la trajeron, le demandaban más dinero y al mismo tiempo ella era cruelmente golpeada, lastimada y arañada, con su cuerpo herido salió a buscar ayuda para ella y su pequeño bebe.

Una organización amiga la dirigió con nosotros; ahí empezó nuestra intervención. Nuestro primer paso fue contactar a la fiscalía de trata de personas del estado, identificamos que Zuly había sido engañada y que ella estaba siendo víctima de trabajo forzado, esta condición de abuso y presión para traer más dinero de parte de sus explotadores violaron sus derechos y la estaban presionando para que se convirtiera en una víctima de explotación sexual, el nivel de violencia que ejercieron en ella fue física y psicológica, por lo que ella y su bebe tenían que estar seguros.

Gracias a los esfuerzos del fiscal, donantes y el trabajo de varias personas clave, logramos coordinar su atención, abordaje, trámite legal y traslado a su lugar de origen, lo que lo convierte en un caso de éxito. Zuly y su bebe estuvieron felices de volver a Oaxaca. Días después de regresar a su entorno ella tenía nuevos planes que podía llevar a cabo como una persona libre, gracias al trabajo de todos, Zuly y su bebe no serán un número más en las estadísticas de ESCLAVITUD moderna.